“Lo que se ve es un desastre... No es fácil llegar y la calle es angosta, pero lo peor es que esta persona vive en un rancho, con unos agujeros tremendos en el techo y el hombre comía las sobras que le llevaba el dueño del campo”.

Esa fue la primera síntesis e impresión de Ramón Contreras, delegado de la Regional Villa María de la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (UATRE) y la que fueron a constatar junto al Registro Nacional de Trabajadores Rurales y Empleadores (Renatre) y un funcionario del Ministerio de Trabajo de la Provincia, crónica El Diario de Villa María.

Las hijas fueron quienes, al conocer la situación de su padre, contactaron a la dirigencia de la UATRE, y en su relato agregaron que el progenitor, de 63 años, no sabe leer ni escribir y desconocen si percibe remuneración alguna por parte del propietario del establecimiento, para las tareas de casero y cuidado de las instalaciones y los animales del lugar (ovejas). Todo ese cuadro consta en el acta del relevamiento realizado el viernes pasado.

Contreras enfatizó que “reside en un rancho, atrás de una casa grande que sería de una gente de Buenos Aires. No tiene agua ni un baño, el techo de chapas tiene enormes huecos... Las hijas me habían dicho varias cosas, pero teníamos que ir a constatar esta situación y hacer el relevamiento con Trabajo”. “Quería ver si era como me decían, que comía las sobras, y la verdad es que vimos que le habían llevado una sobra de asado con otras comidas con salsa, de dos o tres días, todo junto en el mismo táper”, describió.

El propietario, oriundo de Pampayasta Sud, posee varios comercios y unidades habitacionales. El mismo fue citado a asistir en la mañana de hoy al Centro Cívico de Villa María, para la primera audiencia en el Ministerio de Trabajo, atento al expediente abierto con el relevamiento del viernes.