La Reorganización del Estado Cordobés: ¿Legado de Gestión o Reacción Tardía a la Derrota de Provincias Unidas? La reciente disposición del gobernador Martín Llaryora para impulsar una nueva fase de reorganización administrativa del Estado provincial, transformando agencias clave en entes autárquicos y fusionando áreas de promoción económica, no puede analizarse en un vacío político. Este movimiento, enmarcado en la Ley N° 11.015, emerge como una maniobra de profundización de la gestión que, inevitablemente, se lee bajo la lupa de la contundente derrota electoral sufrida por el espacio Provincias Unidas en los comicios legislativos nacionales del pasado 26 de octubre.
El resultado de las urnas, que vio cómo La Libertad Avanza (LLA) se imponía categóricamente en distritos centrales del esquema de Provincias Unidas, incluida la propia Córdoba, desnudó una fragilidad estructural en la propuesta de la «tercera vía» o «avenida del medio». Provincias Unidas, que en la sumatoria nacional apenas superó el 7% de los votos y quedó relegada al tercer lugar, demostró su incapacidad para romper la polarización extrema entre LLA y Fuerza Patria (peronismo).
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La Reorganización del Estado Cordobés: La Reestructuración como Respuesta Política
La transformación de la Agencia Córdoba Deportes, Córdoba Cultura, Córdoba Turismo y ACIF en entes autárquicos, y la mega-fusión que da vida al nuevo ProCórdoba, se justifica oficialmente bajo los preceptos de «optimizar la gestión, fortalecer la transparencia y adecuar la estructura». Sin embargo, desde una perspectiva crítica, el decreto opera como una respuesta interna ante la señal de alerta emitida por el electorado.

La derrota del 26-O en Córdoba, donde LLA aventajó a la lista de la alianza por un margen significativo, sugiere que el electorado provincial (y nacional) penalizó la falta de una propuesta de cambio percibida como radical o al menos claramente diferenciada de los modelos tradicionales. En este contexto:
- Alineación con la Demanda de Austeridad: La creación del macro-ente ProCórdoba, integrando Innovar y Emprender, Competitividad y la vieja ProCórdoba, es un mensaje de fusión y racionalización, buscando evitar la duplicación de funciones y optimizar recursos. Este gesto se alinea con el fuerte clamor de la ciudadanía por la reducción del gasto público y la simplificación burocrática, un eje central del discurso triunfador del 26-O.
- Blindaje y Autonomía: El otorgamiento de mayor autonomía administrativa y financiera a los nuevos entes autárquicos puede interpretarse como un intento de blindar áreas estratégicas de la gestión provincial (Deportes, Cultura, Turismo) de futuras injerencias o reajustes a nivel nacional. Al pasar de ser Agencias (más directamente dependientes del Ejecutivo) a Entes Autárquicos, se busca asegurar su continuidad y presupuesto en un contexto de potencial conflictividad con el Gobierno central, que emergió fortalecido de las urnas.
Crítica y Perspectivas a Futuro
Si bien la reorganización administrativa es per se una herramienta válida de modernización, su timing sugiere que es tanto una medida de gestión como un gesto político reactivo.

El desafío para el gobierno de Llaryora es doble:
- Demostrar la Eficacia Real: Debe probar que la autonomía y la sinergia de los nuevos entes se traducirán rápidamente en políticas públicas más eficientes y resultados tangibles, especialmente en la promoción de exportaciones e inversiones a través del flamante ProCórdoba.
- Superar la Crisis de Representación: La derrota de Provincias Unidas confirmó que la «tercera vía» no ha logrado consolidarse como un polo de atracción capaz de captar a los desencantados de ambos extremos. La reorganización administrativa, aunque fundamental, no sustituye la necesidad de una profunda redefinición política que reconecte al espacio gobernante con las demandas de cambio y austeridad expresadas en las urnas el 26 de octubre.
En última instancia, el decreto de reorganización puede ser visto como la primera ficha movida por el peronismo cordobés tras el revés electoral, buscando ordenar la casa para concentrarse en la gestión y redefinir su estrategia política en un escenario nacional radicalmente reconfigurado por el voto libertario.





















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